lunes, 7 de julio de 2008



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"Habíamos subido pocos escalones , cuando mis abios guís y yo nos percibimos que tras de nosotros se ocultaba el Sol; y antes de que en toda su inmensa extensión tomara el horizonte el mismo aspecto, y de que la noche se esparciese por todas partes, cada uno de nosotros hizo de un escalón su lecho.."
Canto xxvii

"He aquí la fiera de aguzada cola, que traspasa las montañas y rompe los muros y las armas, he aquí la que corrompe al mundo entero."
canto xvii

jueves, 15 de mayo de 2008

Cinco virtudes


Te regalo una virtud por cada uno de mis dedos: armonía, belleza, longevidad, riqueza, inteligencia, pero si tomas toda ami mano, te regalo el paraíso.

Texto y modelo
Lady Ale Smirnoff
http://www.foto-historias.blogspot.com/
http://www.flickr.com/photos/lady_smirnoff/

jueves, 24 de abril de 2008



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Los celtas, y en particular los druidas poseían un antiguo alfabeto, utilizado por los bardos, en el que cada letra representaba un arbol, un pájaro y un color.

Asociaron cada árbol con una época del año y usaron un horóscopo compuesto de 21 árboles

Muad'Dib
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- What do you call the mouse shadow on the second moon?
- We call that one, Muad'Dib

Dune - Frank Herbert

Torre del fantasma (ghosts story)
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Era una fría y gris tarde de julio. El cielo amenazaba con tormentas y un fuerte viento lo pregonaba agitando los árboles. Carlos miraba por la ventana. Una copa de coñac descansaba en su mano derecha y un vacío poblaba su mente: había perdido la memoria. Afuera la calle estaba desierta. Los árboles eran excitados por la música que es preludio de la lluvia; y las casas, ostentosas y bellas, parecían muertas, rodeadas por un halo gris. Un auto pasó rugiendo y un chico corría, asustado por algo.
Las preguntas burbujeaban en el cerebro de Carlos. Parecía un recién nacido y solo entendía lo que lo rodeaba por instinto, o quizás por una inteligencia subyacente, un sentido que yacía en lo hondo de su alma ¿Quién-o qué-era? ¿Qué hacía ahí? ¿Qué era lo que sostenían sus dedos?
Dejó el mundo gris de la ventana y recorrió con los ojos la habitación. Un hogar encendido llameaba en una pared, con su lento crepitar. En los restantes muros, unas bibliotecas de gastados tomos indicaban-no para él-cierta petulancia intelectual del dueño. Una alfombra persa cubría todo el piso; una mesa de cedro, tres sillones de pana azul y un perchero completaban la habitación. Pero lo más insólito y horrible era algo que yacía al lado de la mesa, un cuerpo, tendido boca abajo, con un cuchillo hundido en la espalda. Era él, muerto.
Carlos lo miró bien y no se percató de que aquello era su cuerpo. Se colocó en cuclillas e intentó tocarlo: no pudo, sus dedos atravesaron la carne como si no existiesen. Sorprendido, y un poco asustado, dejó caer la copa; esta no se rompió, más bien atravesó el suelo como si fuese una cucaracha que le escapa a la luz, como algo que sale de escena hacia la nada.
Entonces una figura divina apareció en la sala. Vestía un trapo blanco y tenía unas sandalias aladas, así como el caduceo que sostenía su mano izquierda y el casco que ocultaba su cabellera marrón. De pronto, todo pareció aclararse. Una luz invadió el lugar y lo despertó de un terrible y estúpido sueño.
-Estoy muerto, ¿no?-preguntó Carlos al ser con cara de ángel.
-Sí. Tu esposa te mató.-dijo mientras lo miraba con ojos de pena.
Y ahí recordó todo. Su esposa. Celos. Un cuchillo que invita-siempre-al homicidio. Las manos de su mujer abrazando el arma. Sus tontas explicaciones y sus aún más tontos ruegos. Su espalda que se abría, hacía la muerte. Un largo letargo, una ventana gris, hasta hoy.
-Es hora de irte. Hace años que estas acá, mirando esa ventana. Creo que fue un lindo purgatorio, los hay mucho peores-volvió a decir el ser, agitando el caduceo.
-¿Qué sos?-preguntó Carlos, sin miedo.
-Soy Mercurio, el que lleva las almas a su destino final. Vení, no tengas miedo; mas o menos es como acá.
Carlos no tuvo miedo. Le agarró la mano al dios, sonriendo, y juntos atravesaron la puerta mientras la tormenta, afuera, arrasaba con todo.

Del blog
http://laberintosurbanos.blogspot.com/

Tratamiento de belleza
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Como elefante herido,
mi amor va buscando
un lugar oculto, distante, solitario,
secreto cementerio de marfil
A muchos kilómetros
el mismo mar te humedece,
el mar, mi sed, tu humedad.

Rodolfo Gainza


Fairy tales
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Encuentros y desencuentros en la neblina matinal.

Jardín botánico de Buenos Aires