"... Guzmán se preguntó si no se habían extraviado. Por el pueblo, el camino era seguro, pero más largo; para ganar tiempo prefirió bordear por las quintas, lo que en definitiva no encerraba otro riesgo que el de perder los minutos ganados. Por de pronto ya debía enfrentar la estación del ferrocarril. Cuando esta por confesar las dudas, apareció la estación.
Guzmán pensó:
-a los trescientos metros cruzaré las vias-
Los trescientos metros inexplicablemente se estiraban...
-Que locura-, se dijo
-Hoy encuentro todo, pero algo hicieron con las distancias. No las dejaron como estaban..."
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